Mi hijo de 17 años, mi esposo (60 años) y mi hermana gemela (56 años) elegimos la ruta en bicicleta que explora el “México real”, ya que estábamos un poco cansados del lado turístico.
¡Y fue, literalmente, una experiencia increíble! Nos sentimos privilegiados de poder vivir, de forma genuina, esta parte tan hermosa de México y convivir con su gente maravillosa y amable.
Vimos cómo vive la gente local mientras rodábamos entre naturaleza, calles residenciales con gallos cantando, personas trabajando, socializando, niños saliendo de la escuela, albercas comunitarias encantadoras y pequeñas granjas con el maíz más impresionante que he visto.
También nos detuvimos a probar delicias mexicanas en el camino: sabores únicos, inolvidables y absolutamente deliciosos.
Nuestro guía, Matías, fue un verdadero encanto. Siempre atento, cuidadoso y dispuesto a ajustar el nivel de la ruta para adaptarse a cada participante. Eligió caminos lejos del tráfico, y en ningún momento nos sentimos inseguros o sobrepasados.
Somos ciclistas urbanos con experiencia, lo cual puede ayudar, pero si tienes conocimientos básicos de bici, estás atento al terreno (que a veces puede ser irregular), tienes condición para sujetarte bien y subir algunas pendientes (sin presión, puedes bajarte y caminar), y comunicas tu nivel a Matías, es suficiente para disfrutar la experiencia.
(Sabemos que hay una opción menos demandante físicamente, ideal para quienes prefieren explorar las zonas más turísticas y divertidas).
Nos sentimos realmente bendecidos de haber conocido a Matías y vivido esta experiencia auténtica. ¡Fue lo más destacado de nuestro viaje! Nos llevamos un recuerdo cálido y vívido que jamás olvidaremos.
Gracias de nuevo, querido Matías, por hacerlo posible.